martes, 18 de octubre de 2011

Cuando menos lo esperas...

Para Uriel era increíble. Hacia un par de semanas que se habia planteado, incluso, quitarse la vida. Pero ahí estaba, con la cabeza en las nubes, sintiendo el cuerpo tan ligero que tenia la sensación de elevarse en cualquier momento del suelo, y un hinchazón en el lado izquierdo de la mandíbula que le hacia bajar a la tierra cada pocos minutos.Desde hacía unos días veía todo desde otra perspectiva, con ilusión, ganas de todo. De pronto sintió que era capaz de de seguir adelante. Aquel empujón que necesitaba para desencallar las ruedas de su vida habia llegado.

Aunque no todo era tan bonito. Los fantasmas de la duda le acosaban a cada instante. "¿Que es esto en realidad?", "¡No te emociones, Uri!", "¿Cuando te darás cuenta que cosas así solo le pueden pasar a los demás?".

Dejarse llevar era algo que nunca habia podido hacer. Habia sido educado para actuar sólo si habia pensado y analizado todos los pasos cautelosamente. Quizás por eso nunca habia llegado a hacer nada importante en su vida.
Pero ahora lo tenia claro, habia llegado el momento de actuar y luego pensar. Era ahora o nunca, porque las oportunidades se cansan de llegar, y porque esta era la única que hizo que le diera un vuelco el corazón cuando se le presentó.

De momento es todo lo que os puedo contar sobre Uriel.
Por ahora, su cielo está plagado de estrellas, sin una sola nube, con unas vistas preciosas y un horizonte claro.
Pero nunca se sabe cuando el universo decidrá darte la vuelta y ponerte cabeza abajo de nuevo.

राउल


Cuando nuestras almas se alzan firmes,
 en silencio,
  frente a frente,
   cada vez más cerca
    hasta que arden nuestras alas extendidas,
     y se abrasa cada rincón de su curva,
      ¿Qué mal amargo puede el mundo causarnos,
       si nos tenemos el uno al otro?
        Devoremos nuestro paso por la tierra amada mía,
         huyamos del capricho cruel de los hombres, que arrincona los espiritus puros,
          inventemos juntos un lugar, lleno de luz,
           donde resistir erguidos,
            donde amarnos, siquiera por un día,
             aún se acecha nuestra oscura última hora.
                                                                                      Ángel o Demonio

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