martes, 17 de diciembre de 2013

Todos hablan de amor, pero pocos lo hacen.

Me encantaría plasmar en palabras el significado que tiene para mi esa palabra: "AMOR", tan grande, tan especial, tan grande, que siempre está en boca de todos y que casi nunca se pronuncia de forma acertada.

Para hablar de él, primero hay que hablar de los sentimientos. Y no son más que minúsculos momentos. Pequeñas descargas que no atienden a razones, que invaden primero nuestro corazón y que se expanden por todo nuestro cuerpo. No son duraderos, pero su efecto en nosotros casi siempre lo es. Los hay malos y buenos; malos que se convierten en buenos; y buenos que se convierten en malos.

Y el amor no es más que eso, un sentimiento. El más bueno de todos los que existen. Que hace que todo lo malo parezca menos malo, y lo bueno, mejor. Que nos emboba, nos sirve la felicidad en bandeja, que nos mantiene ocupados, incluso en nuestros sueños, trabajando para que no se esfume, día a día.
Pero es un trabajo que no nos cuesta, que nos agrada, que nos complace hacer.

Y el amor no sólo se reduce a una pareja, no. El amor va mucho más allá.
Podemos verlo en los ojos de un padre o una madre al ver por primera vez a su hijo, al oír su primer llanto, o cambiarle el pañal. En la sonrisa de una madre al recoger a su hijo del colegio, en la mirada del hijo en el momento en que la ve y acto seguido corre hacia ella. En la respiración contenida de un padre cuando su hija llega tarde a casa, y en las lágrimas de la hija cuando le abraza después de la riña. En los llorosos ojos de ambos padres al ver a su hijo o hija emprender su propio camino, abandonando el nido.

También podemos encontrarlo en una amistad. En el abrazo de tu amigo o amiga del alma, después de un tiempo sin veros. En la comprensión del uno cuando el otro confiesa algo con temor al rechazo.

Sin duda alguna, lo sentimos en la mirada de los ojos ya cansados de nuestros abuelos, en su constante besuqueo y en sus historias de juventud.

Por supuesto lo agradecemos del gruñido amistoso de nuestras mascotas, o de su apoyo cuando saben que estamos mal y se acurrucan a nuestro lado.

No me olvido del tipo de amor qué está siempre en boca de todos. Ese amor que se siente únicamente por una sola persona al mismo tiempo. Ese que hasta conseguirlo nos hace temblar, reír, llorar, sufrir...
Ése que sólo ese alguien especial nos entrega y le entregamos, y que hace feliz día tras día a quien tiene la suerte de vibrar con él.

Al amor, por desgracia, muchos lo esquivan o lo temen. La mayoría porque lo han tenido y lo han perdido, y el dolor que eso causa da mucho miedo.

Todos hablamos con todos sobre nuestro amor y el de otros, o de la ausencia de él.

Para terminar, quiero proponeros algo: ¿Qué os parece si cómo propósito para este próximo año 2014 dejamos de hablar tanto del amor, y lo hacemos más?

Felices fiestas a tod@s!
rgb^^

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Busca cada día ese algo...

...Que te haga saltar de la cama.
...que dé un giro de 180 grados a tu rutina, un cambio.
...que sacie tu curiosidad.
...que te ayude a encontrar tu propia personalidad, a ti mismo.
...que te haga sentir distinto, vivo.
...que te permita coger las riendas.
...que plante una sonrisa en tu rostro con seguridad para saber que crecerá, florecerá y dará frutos.
...que no te dé lugar a preguntarte qué hubiera pasado si no lo hubieras dado todo.
...que abra tus ojos a la luz, tu verdad.
...que te haga mejor persona.
...que saque a flote tus sentimientos.
...que suponga un reto para ti.
...que haga latir tu corazón, y puedas sentirlo.
...que te renueve la energía, el buen humor, la calma.

...pero, por encima de todo, busca cada día ese algo que todos queremos y no sabemos encontrar:
tu propia felicidad!

rgb^^

martes, 12 de noviembre de 2013

Nunca he dejado de vivir aquí

Últimamente esos pedazos de mí, perdidos tiempo atrás, han regresado como flechas disparadas a gran velocidad, la mayoría dolorosas, otras cuantas con lecciones importantes y unas pocas regalándome un poco de la tan ansiada autoestima, tan escasa y tan necesaria.

Hace unos meses me sentía perdido, sin rumbo aparente, dejándome llevar por el viento y las olas.
Tenía una vida estructurada, con un futuro en el horizonte. Solo que construida sobre un mar de arena, que acabó cediendo, engullendolo todo y dejándome ahí, tirado en medio de un desierto, sin agua, sin sol ni luna, sin frío ni calor.
Estaba en medio de la nada, hundiéndome un poco más a cada paso que daba, tragando arena con cada bocanada de aire, ahogándome por momentos.

Entonces ocurrió. Cerré los ojos muy fuerte, me concentré y los vi volver. Los pedazos de mi vida, que ese mar de arena se había tragado, volaban de vuelta hacia mi, convertidos en agua, en sol y en luna, en frío y calor, en latidos, en sentimientos contradictorios, pero sentimientos, al fin y al cabo.
Abrí los ojos y ya no había arena. Me encontré en medio de una llanura, lisa, esperando a ser reformada por mi, sólo por mi, a mi antojo. El aire que allí se respiraba era puro, energético. Me dieron ganas de vivir, de esforzarme por construir algo allí, en aquella llanura de suelo firme.
Sólo tenia que asegurarme de construir con precaución, sin prisas, algo resistente, que aguantara vendavales y tormentas. Y contaba con la ilusión, el coraje y las lecciones suficientes para realizarlo.

Y así es como los pedazos de lo que un día fuiste tú emergen de las profundidades, vuelven, después de años, de los lugares donde se perdieron, dónde los dejaste, para converger de nuevo, formar otra vez ese "tú", un "tú" mejorado, sin inseguridades, sin miedos.
Ese "tú" que, al perder el norte, con solo cerrar los ojos y concentrarte sepas reanudar tu camino estando seguro de que nunca has dejado de vivir ahí, de pertenecer a ese lugar que se encuentra únicamente dentro de ti mismo.

Lo sorprendente es que cada trozo, cada uno de los fragmentos que se perdieron, que desechaste, vuelve con algo nuevo. Algunos con una lección, otros con un poco de amor propio, unos pocos con felicidad y muchos con fuerza, energía. Estos últimos, al unirse de nuevo al nuevo "tú", duelen. Pero es un dolor superficial que hay que saber torear para poder absorber la verdadera esencia, el verdadero mensaje que portan: ese soplo de aire fresco que nos da fuerza para ser mejor persona.

Ahora estoy seguro de que nunca he dejado de vivir aquí.

rgb^^

domingo, 20 de octubre de 2013

Mi tiempo para meditar...

Uno cree que se conoce a si mismo... hasta que de verdad lo hace, y entonces algo cambia por dentro mientras piensas "joder, de verdad yo soy asi, capaz de hacer esto y lo otro, de ser feliz cuando y como quiera, y aun no me habia dado cuenta?"

Asi que si, estos dias en los que haces como los monjes budistas (pero a lo "spanish way"), eso de meditar, que sirve tanto y tan pocos hacemos, de verdad te das cuenta de lo facil que puede ser todo, y lo dificil que lo hacemos. Nos gustan mas las carreteras de montaña que la autopista, es una realidad.

Al fin he aprendido que no es malo no tener todo lo que uno desea, porque esa sensación de deseo es necesaria para sentirnos vivos; ahora se que lo más complejo que existe en este mundo no esta precisamente en el exterior, sino dentro de cada uno de nosotros, mucho mas complicado que cualquier nueva tecnologia o ciencia; me he dado cuenta de que no hay que gastar todo nuestro tiempo en una meta que quizás nunca alcanzaremos, pero que, a la vez, hay que tener algo por lo que luchar, algo que conseguir que nos haga tener ilusión y ganas de despertarnos por las mañanas, con energía; y por último, he comprobado que sociabilizar esta en nuestra naturaleza, debemos hacerlo para sentirnos bien y, por supuesto, aprender de todas y cada una de las personas que se crucen en nuestra vida.

Las personas vienen y van, algunas se quedan para siempre, otras aparecen y desaparecen, de otras que creiamos inseparables no volvemos a saber nada nunca más. Pero esta todo bien, asi es y asi tiene que ser.

rgb^^

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